Hace un par de fines de semana estuve visitando la bodega Arzuaga, en el corazón de la Ribera del Duero, muy cerca de Valladolid. Nos alojamos, en el Hotel-Spa Arzuaga, y disfrutamos enormemente con el spa y con la cena, que en el restaurante del hotel, nos sirvieron, acompañando a los platos, por supuesto, con vinos de su propia bodega.
Situado en un entorno privilegiado, entre 150 hectáreas de viñedos que se hallan dentro de las 1.500 hectáreas de la finca, que además es una reserva de fauna salvaje en la que podemos encontrar jabalís, ciervos y muflones, el hotel y todo el complejo, fusiona perfectamente el estilo tradicional castellano de los edificios originales, de cálida piedra exterior y olmo interior, con la modernidad del edificio que adosado a los primeros, se ha construido y que alberga parte del hotel y el spa, muy completo y con la singularidad de poder sumergirnos en un auténtico baño de vino tinto. Toda una experiencia que te recomiendo.
Los huéspedes tienen la oportunidad de elegir entre alojarse en esta parte nueva, moderna, lujosa y minimalista, o en la parte antigua, de aire mucho más tradicional y castellano, donde se hallan el restaurante del hotel y la bodega.
Cualquiera de las visitas guiadas que propone el hotel, valen la pena. Desde un paseo por los viñedos, degustando las cepas y visitando su maravillosa encina milenaria, a la visita a la bodega conociendo todo el proceso de elaboración, crianza y embotellado del vino, y para los más osados, la posibilidad de ver la finca desde el aire, dando un paseo en globo.
Cualquiera de estas actividades siempre se remata con la degustación de varios de sus vinos más afamados.
Aquí te dejo varias imágenes. ¡Te van a encantar!